El investigador Percival Lowell denominó en 1906 Planeta X, a un hipotético planeta, cuya eventual existencia en los confines exteriores del sistema solar fue motivo de debate académico y búsqueda por medio de instrumentos astronómicos, entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Diversos astrónomos estimaron entonces que un cuerpo incógnito debía hallarse más allá de Neptuno, el planeta más lejano conocido a esa fecha. Se esperaban que su existencia explicara principalmente ciertas perturbaciones de las órbitas de los "gigantes de hielo", Urano y Neptuno, que no eran comprensibles considerando la influencia de los demás cuerpos ya identificados del sistema solar.
Rebelándose contra su propia mortalidad, Lowell legó US$1 millón a la causa de la búsqueda del planeta X en su testamento. Así que, tras un breve paréntesis por la batalla legal con su viuda, Constance Lowell, su observatorio siguió tratando de encontrarlo en el espacio. Solo 14 años más arde, el 8 de febrero de 1930, un joven astrónomo se encontraba mirando fotos de estrellas salpicadas en el cielo, cuando detectó una pequeña peca entre ellas. Era un mundo diminuto. Había descubierto Plutón, al que se consideró durante un tiempo el esquivo planeta X. El golpe final al planeta X llegó en 1989, cuando la nave espacial Voyager 2 pasó cerca de Neptuno y reveló que es más ligero de lo que se había pensado. Con esto en mente, un científico de la NASA (la agencia aeroespacial de Estados Unidos) calculó que las órbitas de los planetas más exteriores del Sistema Solar habían sido siempre las que debían ser. Lowell había provocado una búsqueda que en realidad nunca tuvo sentido. Pero tan pronto como se desterró la noción de un planeta oculto necesario, se sentaron las bases para su resurrección.
Los científicos pronto se dieron cuenta de que este no podía ser lo que Lowell estaba buscando; no tenía de lejos el tamaño suficiente para desviar a Neptuno y Urano de su posición lógica. Plutón no era más que un intruso accidental que resultó estar en la zona.